“Tanto ha abusado la heráldica de las aves rapaces, hay tanta águila, tanto milano en divisas de guerra, que ya dice poco, a fuerza de repetición, el pico ganchudo y la garra metálica”
Gabriela Mistral[1].
Desde la construcción de los Estados nacionales latinoamericanos en la primera mitad del siglo XIX, se ha observado a la flora y fauna de cada nación con “otros ojos”, esto, con el fundamento de buscar en aquellos aspectos “bases representativas” que permitiesen su identificación con el territorio y la población[2]. Se han utilizado estos “aspectos distintivos”, debidamente seleccionados en la creación de símbolos patrios.
En la presente columna se analiza la representación de un ave característica del paisaje cordillerano, que ha sido utilizada reiteradas veces en la creación de —principalmente— escudos nacionales a lo largo de la historia: el cóndor andino. Esto, con el objetivo de comprender el rol y la finalidad que cumple este majestuoso espécimen en los escudos de Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador durante el siglo XIX.
El caso chileno: El discurso conservador
El 26 de junio de 1834 el presidente Joaquín Prieto escribió el decreto de ley en el cuál indicaba las características del nuevo escudo nacional de Chile.[3]. En efecto, bajo las órdenes de Prieto se consagraron las insignias para identificar la nación. Estos símbolos fueron utilizados como mecanismos de cooptación cultural con la intención de influenciar a los sectores populares y, a su vez, generaron diversas reacciones en distintos actores de la elite.
Esto es posible evidenciarlo cuando el presidente indicaba que se buscaban en el escudo elementos que “cuadr[asen] perfectamente con la naturaleza del país y el carácter de sus habitantes”[4]. Asimismo, por las características conservadoras del gobierno del oriundo de Concepción, resulta plausible sostener que existían motivos políticos subyacentes en esta decisión que tenían la finalidad de apoyar su empresa para construir el Estado nación a través de la creación de los emblemas nacionales[5].
En cuanto al escudo y el cóndor, este fue diseñado e ilustrado por el inglés Carlos Wood en 1832 y aprobado por el Congreso en 1833. La adhesión del cóndor se observaba en diversas posturas en los años previos. Una de estas será —nuevamente— la descripción del presidente Prieto, quien lo presentaba como “el ave más fuerte, animosa y corpulenta que puebla nuestros aires”[6]. Asimismo, el cóndor era también reconocido por Miguel Luis Amunátegui, destacándolo como la “más esforzada entre las aves de Chile (…) i la que vuela más alto entre las aves conocidas”. Desde su mirada, el cóndor representaba “el águila de la comarca”[7].
Escudo de armas de Chile.
Además, se debe tener en cuenta que el caso del escudo chileno el cóndor no se presenta solo, está coronado. Dicha corona generó roces en las perspectivas de diversos actores de la elite, como sucede con José Miguel Infante, quien declaró que el pueblo observaba la corona como un símbolo déspota[8]. Resulta interesante marcar este detalle, pues demuestra el fuerte rechazo del pueblo chileno por la corona española, rechazo que responde, a su vez, al contexto de la independencia de Chile y los enfrentamientos contra el poder monárquico español. Sin embargo, la implementación de la corona tuvo una intención totalmente opuesta, como indica el hijo de Carlos Wood en una carta escrita en 1883. Para este, “En el escudo chileno no simboliza[ba] otra cosa que los triunfos navales de la República, que tanto contribuyeron al logro de su independencia”[9]. En base a esto, resulta plausible indicar que el grueso de la población no recibía los símbolos creados por la elite de manera pasiva, más bien, existía una interpretación que podía ser acorde —o no— con las intenciones de la elite, a saber: el crear símbolos y emblemas identificables con su idea de lo que debería ser la nación.
En definitiva, se puede sugerir que, en el caso chileno, el cóndor representó no solo un ser biológico presente en la fauna nativa cordillerana con el objeto de identificar a la sociedad local, sino también un referente del cambio político que se estaba gestando en el contexto de transformaciones y experimentaciones constitucionales durante la primera mitad del siglo XIX. A su vez, las referencias a este animal se harán comunes para reafirmar la fortaleza militar chilena, reavivando el fuego de las victorias independentistas contra la corona, como lo pudo ser, por ejemplo, la captura de la fragata española “Reina María Isabel” en 1818[10].
El caso colombiano: La imagen del liberalismo
El 9 de mayo de 1834, el Congreso de la República de la Nueva Granada introdujo la ley 3 impulsada por el presidente de aquel entonces, Francisco de Santander, la que estipuló la adaptación de su nuevo escudo nacional producto de la disolución de la Gran Colombia[11]. El cóndor aparece en la parte superior del escudo y al igual que en el caso chileno, no se encuentra solo, sujeta en su boca una corona de laureles que se entrelaza con una cinta de color dorado y letras negras que indican su lema nacional: “Libertad y Orden”[12]. Asimismo, el cóndor se ha mantenido casi sin modificaciones desde entonces, únicamente hacia el siglo XX cuando pasa a orientar su cabeza de izquierda a derecha para representar la legitimidad de la república[13]. Nuevamente, el contexto histórico de la creación del escudo nos permite entender mejor la aparición del cóndor.
Escudo de armas de la República de la Nueva Granada 1834 – 1861.
Esta ave rapaz ya hacia su aparición en el escudo de Cundinamarca (como se llamó a la Nueva Granada mientras fue parte de la Gran Colombia) en 1820, dictado precisamente por Francisco de Paula Santander[14]. Resulta interesante relacionar la figura de Santander con la del cóndor, ya que es él quién explícitamente decretó reincorporar al cóndor en la heráldica de la República de la Nueva Granada. Esto, producto de que el escudo —para 1821 de la Gran Colombia— fue desembarazado del cóndor por decreto del Congreso General de Colombia entre 1821 y 1834[15].
En base a ello, podría decirse que Santander entendió al cóndor como una figura representativa de la nación colombiana, del mismo modo que representaba los ideales del nuevo gobierno colombiano, ya que, como indica en sus memorias; “Yo fui uno de los que, siendo presidente de Colombia (…) me opuse á la dictadura militar á que él aspiraba ardientemente (…) me opuse a la absurda constitución boliviana”[16]. Por tanto, resulta factible asociar al cóndor no solo a un modelo representativo en Colombia, sino también, a un ideal político basado en el liberalismo y federalismo propuesto por Santander e indicado explícitamente en el escudo con el emblema de “Libertad y Orden” que sujeta y representa el cóndor[17].
El caso ecuatoriano: Entre conflictos y representaciones
Cabe destacar que el escudo de Ecuador es el único de los ya presentados que no es considerado heráldico, sino de representación directa[18]. Esto quiere decir que las imágenes implementadas en el escudo tienen un carácter representativo y/o simbólico, no de armas.
Al igual que en el caso colombiano, después de la desintegración de la Gran Colombia, la República de Ecuador empezó a configurarse políticamente, sin embargo, no existe un decreto que dictamine la configuración del escudo de esta república, más bien aparece descrito en una regulación monetaria del 14 de julio de 1836[19]. Es interesante marcar que en este escudo se presentan dos cóndores posados encima de un cerro cada uno respectivamente, lo que no solo atiende a la representación de la fauna de la Sierra andina característica del territorio, sino también, a la batalla de Huachi, donde cada cóndor representa un bando político —independentistas y realistas—[20]. En síntesis, nuevamente se presenta un caso donde el cóndor no solo es utilizado para representar a la fauna y el territorio de una nación identificables, sino que también responde a una serie de conflictos de carácter bélico-políticos que se encuentran entrelazados al contexto histórico y social de aquel entonces.
Escudo de armas de la República del Ecuador 1834 – 1843.
Luego de este decreto, el escudo de Ecuador tuvo diversos cambios, como en 1843 y 1900[21]. Sin embargo, el cóndor quedaría anclado al emblema y únicamente se reduciría el número de cóndores de dos a uno, más su significado no sería perturbado: el representar a la fauna del territorio del Ecuador y a los valores del pueblo de dicha nación[22].
Conclusión
Como se ha podido esbozar, el cóndor se encuentra presente en los escudos de naciones que tienen características geográficas similares —principalmente, el ser espacios cordilleranos o que tienen contacto directo con la cordillera de los Andes—. Además, la presencia del cóndor en los emblemas de estos países es persistente en distintos momentos de su historia, lo que supone evaluar el contexto político en el que se implementa cada escudo y los valores que distintos actores políticos pretenden mostrar, bajo esta misma línea, resultaría interesante ahondar en profundidad si estas construcciones realmente influyeron en el grueso de la población o si únicamente responden a intereses propios de la elite gobernante.
En definitiva, podemos concluir que existen dos cóndores: primero, uno biológico, que es fácilmente identificable dentro del territorio y la fauna del país. Segundo, uno imaginario, que representa los valores de la elite que se encontraba en el poder y que, a su vez, buscaba instaurar sus ideales políticos a través de la creación de los escudos nacionales para no solo satisfacer su imaginario de lo que debería ser la nación, sino también, construirla.
[1] https://www.gabrielamistral.uchile.cl/prosa/condorhuemul.html
[2] Montealegre, Jorge, “Identidad y representaciones en un mundo globalizado”, POLIS, Revista Latinoamericana, 18, 2007, https://journals.openedition.org/polis/4085#tocto1n4
[3] Prieto, Joaquín. Boletín de las leyes y de las órdenes y decretos del gobierno. 1834. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-73439.html
[4] Pinto, José y Valdivia, Verónica. ¿Chilenos todos? La construcción social de la nación (1810 – 1840). Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009, p. 257.
[5] Ibid., pp. 256 – 259.
[6] https://journals.openedition.org/polis/4085#tocto1n4
[7] Amunategui, Miguel Luis. Los precursores de la independencia de Chile. Santiago de Chile, Imprenta, Litografía i Encuadernación Barcelona, 1910, pp. 591. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-85912.html
[8] José Miguel Infante fue el editor del periódico “El Valdiviano Federal”, por tanto, podría indicarse que, en su comentario es posible comprender posturas similares a la suya sobre la corona naval en el escudo nacional. Sin embargo, resulta necesario precisar de forma más clara quiénes eran los lectores y cuál era “el pueblo” al que se refería Infante. Álvarez Urquieta, Luis. El artista pintor Carlos Chatworthy Wood Taylor, prócer de la independencia sudamericana. Santiago de Chile, Imprenta Universitaria, 1936. https://obtienearchivo.bcn.cl/obtieneimagen?id=documentos/10221.1/70584/1/180240.pdf
[9] Ibid.
[10] https://www.armada.cl/tradicion-e-historia/principales-acciones-navales/la-guerra-de-la-independencia-1810-1826/captura-de-la-fragata-espanola-reina-maria-isabel-28-de-octubre-de-1818
[11] https://es.wikisource.org/wiki/Ley_3_del_9_de_mayo_de_1834
[12] https://enciclopediaiberoamericana.com/escudo-de-colombia/
[13] Ibid.
[14] https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-139/el-escudo-de-colombia
[15] Ibid.
[16] https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/3574/rec/17
[17] https://www.cancilleria.gov.co/colombia/nuestro-pais/simbolos
[18] https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6975662
[19] https://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/4035
[20] Ibid.
[21] Para conocer más en detalle estos procesos, véase: Alcívar, Natalia. “La historia de los símbolos patrios: banderas, escudos y cambios en el himno nacional del Ecuador”. Comisión nacional permanente de conmemoraciones cívicas (ed.). La Participación de la Sociedad Ecuatoriana en la Formación de la Identidad Nacional. Quito, CNPCC, 2005, pp. 35 – 60. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/48177086/identidad-libre.pdf?1471619799=&response-content-disposition=inline%3B+filename%3DEnsayos_de_identidad_ecuatoriana_editado.pdf&Expires=1731079869&Signature=B12zProhqNkVNbSLWNfT0cT-4cS1EirjbPeBB0QJamc9BCUw8uc228h1eSXRaAUV5Lc5jcoqpIdjvVqTSkU5ygKVbP6xmlTjES-Zwzvp~cYPR88EwO6wctWMq-VrNKVXXPvfKgWYj2ZNBQl56S3bz3pSsjrC5M3fHoqjLKwAc7zphd5qVotO73sWS2FIWYOjAOy9yAPlmnoZoGvC4M4GvhgegBVMkFBb4zSIFAr7a25f5yEEvhgH5dtlG-a4XdT1cptiWKPdLcCxoo53OC2hxF~f6yq~gzF59gX0nQpPfO2mFrfMcp3KtoUPT0nqIKmKWrjYJOQJ~4d6qYsyYSkI7g__&Key-Pair-Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA#page=35
[22] Ibid.