El 19 de marzo de 2024, la Compañía Siderúrgica de Huachipato —la principal productora de acero de Chile—, anunció que detendrá indefinidamente sus operaciones ante su incapacidad de competir contra el acero barato chino y mantener su viabilidad económica.
A raíz de este anuncio y como era de esperar, el 22 de marzo más de 300 trabajadores afectados se congregaron en Talcahuano para protestar contra el anuncio de cierre de la siderúrgica y exigir soluciones a las autoridades.
¿Qué impacto tendría, desde el punto de vista de la historia económica de Chile, el cierre de la mayor productora de acero del país y uno de los emblemas de su industria pesada?
Huachipato y el desarrollo industrial chileno durante el siglo XX
Durante la década de los 30, el giro gradual desde una estrategia primario-exportadora hacia una de crecimiento “hacia dentro” indicaba los anhelos, de parte de múltiples actores, de transformar el sector público en un agente productivo[1].
El compromiso de los radicales por fomentar el desarrollo de la política industrial quedará en evidencia con la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en 1939 y con la Junta Nacional de Abastecimiento[2] en 1942 y su injerencia en la fijación de precios.
Durante el gobierno de Juan Antonio Ríos (1942-1948), surge la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) como una compañía mixta con capitales públicos y privados[3]. En 1950, bajo la asistencia de técnicos extranjeros, se inauguró la planta siderúrgica de Huachipato a cargo de la Koppers Co.
La inauguración de Huachipato fue celebrada transversalmente. Todos los sectores políticos vieron en la planta la encarnación de un desarrollo industrial propio y el éxito de lo que hoy se conoce como asociaciones público-privadas. De acuerdo con El Mercurio[4], “Huachipato se puede exhibir como magnífico exponente de lo que el país es capaz de realizar cuando se conjuntan, con voluntad y energía, las iniciativas de la técnica con los esfuerzos del obrero y la cooperación del capital nacional y extranjero”. Por su parte, La Nación destacaba que este era un acontecimiento que marcaba “no solo un largo camino recorrido en la búsqueda de la independencia económica de la nación, sino que, también, el avance de más trascendencia en nuestra vida social”.
La ceremonia de inauguración contó con la presencia del presidente Gabriel González Videla, el embajador de Estados Unidos en Chile, Claude Bowers, el arzobispo de Concepción Alfredo Silva, el ministro de Relaciones Exteriores, Horacio Walker Larraín, el vicepresidente de CORFO, Germán Picó Cañas, entre otros.
Sería erróneo considerar a la siderúrgica en un vacío histórico o geográfico. Además de la transferencia tecnológica, la demanda de técnicos fue clave para la creación de nuevas carreras y especialidades en la Universidad de Concepción, Universidad Católica de Chile y Universidad de Chile, así como en la formación de organismos técnico-académicos como el Instituto Chileno del Acero[5] y el Instituto Latinoamericano del Fierro y del Acero. Y no solo esto. La instalación de la siderúrgica desarrolló un polo industrial que procesaba parte de su producción, como, por ejemplo, Cintac[6] en 1956.
Huachipato fue parte de un notable polo industrial con empresas dedicadas a la molinería, textiles (Bellavista Tomé), vidrios, cerámicas (Fábrica Nacional de Loza de Penco S.A.) y maestranzas en la zona del Biobío. Durante los años cincuenta y los sesenta, el polo industrial de la zona del Biobío, además de crear puestos de trabajo, proporcionó diversos beneficios comunitarios mediante la construcción de viviendas, el uso de gimnasios, salas cuna, servicios de salud, entrega de ropa, entre otros.
Consecuencias económicas si cerrase Huachipato
Habiendo situado a Huachipato en su contexto histórico y espacial, ¿qué impactos económicos locales tendría el cierre de esta? Un estudio publicado por académicos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción[7] reveló los impactos para la economía local frente a un posible cierre de Huachipato.
En la actualidad, la siderúrgica proporciona empleo estable y bien remunerado a 22.000 personas. Sumando a sus familias, la cifra ascendería a cerca de 88.000 personas, lo que equivale a un casi 9% de la población de la provincia de Concepción. Si se concretasen despidos masivos, ello abriría fuertes desafíos ligados a la reinserción y el reentrenamiento, además del profundo efecto social en las familias.
Huachipato también se vincula con un ecosistema de más de mil proveedores y pequeñas y medianas empresas, de las cuales 700 son chilenas y 350 de la Región del Biobío. De cerrar la siderúrgica, esta cadena enfrentaría dificultades que se traducirían en quiebras, retrasos en la producción y encarecimiento de precios para los consumidores[8].
A nivel de municipio, Huachipato desembolsa $2.000 millones de pesos en concepto de patentes municipales, consolidándose como el principal contribuyente local, lo que equivale al 10% del total.
Otras consecuencias previsibles son el terremoto electoral que surgiría a partir del cierre definitivo de la planta, reflejado en el voto de los habitantes de la región del Biobío durante las elecciones generales de gobernadores y consejeros regionales, alcaldes y concejales de 2024. La centroizquierda, que en esta ocasión se congrega en el pacto Chile Contigo Mejor[9] desde la DC hasta el PC, posee un número considerable de cargos de elección popular en la zona, los cuales verían peligrar su hegemonía si no se establecen soluciones definitivas
Reflexiones finales
Huachipato representa la consolidación de un proyecto de desarrollo industrial en Chile que para su realización implicó la convergencia de múltiples actores públicos y privados.
En la actualidad, las principales acereras la República Popular China —Baowu Steel Group, Ansteel Group, Shagang Group, Hesteel Group y Shougang Group— representan una amenaza existencial para compañías como Huachipato, ya que el gigante asiático pasó de ser el mayor importador de acero del mundo a exportador neto y el principal productor, empleando estrategias de dumping y competencia desleal.
El cierre de un gigante como Huachipato sería un gran golpe para la actividad económica de la región del Biobío y conllevaría la pérdida de miles de empleos y la destrucción de tejido productivo. En este sentido, es vital que la compañía haga más eficientes sus procesos productivos para mantener cifras azules.
Sería una paradoja que durante el gobierno que buscó impulsar transformaciones productivas y modernas teorías de política industrial[10], cerrase definitivamente una de las piezas históricas de la industria pesada chilena. Con todo, el 19 de abril de 2024, la Comisión Antidistorsiones resolvió elevar las sobretasas[11] para el acero barato chino —para así compensar los costos de fabricación de la planta—, lo que llevó al directorio de la CAP a revertir su plan de suspensión operativa, dando un respiro a sus trabajadores y a la economía local durante un periodo de seis meses para la aplicación de medidas definitivas.
[1] Correa, S. (2001) Historia del siglo XX chileno: balance paradojal. Editorial sudamericana.
[3] https://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:7814
[4] Rodriguez, R. (Noviembre de 1950). La prensa y la industria del acero. Boletín Minero, N.o 606.
[6]https://www.cintac.cl/empresa/
[7]https://www.latercera.com/pulso-pm/noticia/informe-analiza-impactos-ante-posible-cierre-de-siderurgica-huachipato-en-mas-de-1000-pymes-con-ventas-anuales-por-us339-millones/HK73UVQEWJAUZBFJ43FTHX2SQQ/#:~:text=En%20su%20an%C3%A1lisis%2C%20el%20estudio,de%20la%20Provincia%20de%20Concepci%C3%B3n.
[8]https://www.ex-ante.cl/los-efectos-del-cierre-de-la-planta-siderurgica-huachipato-por-eduardo-a-barrueto-mercado/
[9]https://www.servel.cl/2024/04/11/cerro-el-plazo-para-formalizaciones-de-pactos-y-declaracion-de-candidaturas-para-primarias/
[10]https://observatorioplanificacion.cepal.org/sites/default/files/plan/files/Plan%2Bde%2Bgobierno%2BAD%2B2022-2026%2B%282%29.pdf
[11]https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2024/04/20/43831-B/01/2483438.pdf