“Que el Muro alguna vez caería y que Alemania nuevamente se unificaría, de eso jamás tuve ninguna duda. Pero cuando y como eso podría ocurrir fue para mí siempre una pregunta abierta”
Helmuth Kohl.Vom Mauerfall zur Wiedervereinigung, 2014.
La noche del 09 de noviembre, hace 35 años, se produjo un evento sorprendente, de manera pacífica, miles de berlineses atravesaron el Muro de Berlín, icono de la división de Alemania. Más sorprendente aun, la reunificación de Alemania, contra todo pronóstico se produjo en menos de un año de esa simbólica fecha. Tuve la fortuna vivir ese histórico momento en Alemania, aunque solo a través de la TV. En el presenta artículo describimos los antecedentes de la división, el proceso de crisis del régimen de la República Democrática Alemana (DDR) y las decisiones que llevaron a la caída del Muro para finalmente revisar la situación actual de Alemania.
El Status de Alemania y la crisis de la Alemania del Este
La división de Alemania y la creación de dos estados entre 1945 y 1949 fue producto tanto de acuerdos entre los aliados que se gestaron entre Teherán, Yalta y Potsdam, (1943 -1945) como de las tensiones iniciales de la Guerra Fría. A consecuencia de estas condiciones, ambos estados alemanes mantuvieron un status de soberanía limitada bajo el Estatuto de Ocupación de las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial[1]. La unificación progresiva de las zonas occidentales fue producto de una iniciativa norteamericana para resolver problemas económicos y administrativos de las zonas occidentales. La creación de la República Federal (BRD, 1949) fue una consecuencia lógica de ese proceso. La creación de la DDR fue una reacción simétrica de parte de la URSS[2], pero para las élites de la BRD este status siempre fue un provisorium, tanto, que la Constitución Federal (1949 hasta la actualidad) no fue denominada Constitución, sino Ley Básica.
En 1952, un año antes de su fallecimiento, Joseph Stalin envió una carta a las otras potencias signatarias del Estatuto de Ocupación con una oferta de reunificación. El contexto era la eventual incorporación de la República Federal a la OTAN. La oferta no era gratis: Reunificación a cambio de neutralización, es decir Alemania no podría pertenecer ni a bloques ni menos alianzas militares. La oferta incluía sacrificar a la República Democrática Alemana (DDR). Esta oferta fue rechazada por los aliados que estimaban que una Alemania neutral era un riesgo para la estrategia de la Contención; pero también fue rechazada por el liderazgo de la BRD. Adenauer expresó que el futuro de Alemania estaba en Europa (Una Alemania Europa, no una Europa Alemana) y que la neutralidad equivalía no solo una separación de Europa Occidental sino que además implicaría el riesgo de volver al Sonderweg: el camino especial que condujo a Alemania a dos guerras mundiales. Adenauer era un europeísta.
En 1961 Berlín vivió su tercera y última crisis internacional: Berlín había sido el centro de la primera crisis de la Guerra Fría en el invierno de 1948-49. La segunda crisis, (1958), menos espectacular en sus alcances, se produjo con el ultimatum soviético respecto del retiro de las fuerzas aliadas de Berlín. En la tercera crisis esta situación se repitió, pero además estuvo asociada a la construcción del tristemente célebre Muro. La razón: hasta allí, Berlín, también dividido en cuatro zonas de ocupación, pero en territorio de la DDR, era el espacio que permitía con cierta facilidad que los descontentos de la DDR emigraran hacia Occidente (el así llamado voto con los pies). Era una sangría permanente en la DDR que limitaba su propia consolidación. El muro que en palabras de Walter Ulbricht, secretario general del Partido Socialista Unificado (SED) debía proteger al socialismo-real, permitió que se acabaran las crisis internacionales en Berlín, pero nunca contribuyó a que la DDR consolidara su propia identidad nacional.
Los años 70s marcaron un punto de inflexión en la historia de la Guerra Fría. La suma de cambios operados en el sistema internacional fue enorme. En la política exterior de la BRD también se produjeron cambios importantes. La Ostpolitik del Canciller Willy Brandt condujo a una relación menos tensa con sus vecinos orientales (en particular con la DDR y con Polonia), lo cual permitió que se flexibilizara la posibilidad de que ciudadanos de la Alemania Federal pudiese viajar a los territorios de la DDR, sin embargo, en la DDR nada parecía cambiar.
Por otra parte, en los años 70s era ya evidente la perdida creciente de competitividad de la economía soviética respecto de las economías occidentales. La URSS era una superpotencia militar, pero con pies de barro[3]. En 1982 y a la edad de 76 años, Leonid Breshnev falleció en el ejercicio del cargo de secretario Gral. del PCUS. Había liderado a la URSS desde 1964; sus dos sucesores Andropov y Chernenko también fallecieron en el ejercicio de su cargo. En 1985 asumió un nuevo secretario general: Mijaíl Serguéyevich Gorbachov, un hombre de solo 54 años que tenía absoluta claridad respecto de la necesidad de hacer reformas para preservar el sistema soviético. Se iniciaba así un proceso no carente de ambigüedades y contradicciones que su ideólogo y promotor principal sintetizó en dos palabras: Perestroika y Glasnost, renovación y transparencia.
Aunque la preocupación fundamental de Gorbachov y sus asesores era la modernización de economía (perestroika), estaba consciente de que estas reformas requerían de una masa crítica y por tanto debían extenderse hacia ámbitos como libertad de prensa y cierto pluralismo (glasnost) e incluso hacia la política exterior[4] pasando desde la confrontación a la cooperación con USA, porque el costo de la competencia militar se hacía insostenible y también respecto de Europa Occidental, de quien el líder soviético esperaba cooperación económica. Gorbachov apeló a los europeos evocando la metáfora de la casa común europea. Europa era una gran casa con muchas habitaciones, en donde cada quien debería tener el derecho a ocupar su propio espacio y vivir a su gusto. Era un mensaje con resonancias de la promesa wilsoniana de la libre autodeterminación de los pueblos, tanto como el abandono formal de la llamada Doctrina Brezhnev que se formuló en 1968 cuando los tanques del Pacto de Varsovia aplastaron la Primavera de Praga. El subtexto estaba destinado a los líderes de los países de Europa del Este: La URSS ya no intervendría en los procesos de cambio político en marcha, tampoco con ayuda económica y menos aún con intervenciones militares.
Mientras en algunos países de las llamadas democracias populares con distintos ritmos y con distintos medios comenzaban a aparecer aires de cambios asociados a las transformaciones en la propia URSS, en la DDR los únicos cambios que podían observarse era el deterioro de la situación económica. Las primeras protestas comenzaron en mayo de 1989 asociadas a los dudosos resultados de las elecciones municipales. De manera paulatina pero sostenida, pequeños grupos de oposición, normalmente organizados bajo el paraguas de comunidades luteranas adquirieron presencia pública. En septiembre, pese a la represión y de manera un tanto explosiva, las protestas se hicieron masivas.
Entre esas fechas y la sorprendente noche del 9 de noviembre del 89, hay una serie de eventos que están asociados a los cambios que se producían en la URSS, directamente inducidos por el liderazgo soviético o como externalidades no deseadas de los mismos: entre febrero y junio se produce la Transición en Polonia, desde la creación de la llamada Mesa Redonda hasta las (semi-competitivas) elecciones generales que, permitieron la constitución del primer gobierno democrático con Tadeusz Mazowieckicomo Primer Ministro. El 2 de mayo, de manera simbólica, el primer ministro de Hungría junto a su ministro de Relaciones Exteriores inician el desalambrado de la frontera con Austria. Como consecuencia de esto, en los meses de junio y julio los ciudadanos de la DDR comienzan a viajar masivamente de vacaciones a Hungría y a través de Austria, continúan viaje hasta la República Federal (en donde de manera automática se transformaban en ciudadanos de la BRD). Entre julio y agosto (período de vacaciones) las embajadas de la República Federal en las capitales de los países de Europa del Este son masivamente ocupadas por ciudadanos de la DDR que partieron de vacaciones pero ahora buscan asilo. En el intertanto, las protestas en las grandes ciudades de Alemania del Este se hacen masivas.
En ese contexto, se llega al Cuadragésimo Aniversario de la fundación de la DDR. (7 de octubre). Todos los mandatarios de los países de Europa del Este concurren al evento; también Mijaíl Gorbachov. A su llegada a Berlín y frente a Erik Honecker, secretario general del SED[5], pronuncia una frase célebre: La vida exige decisiones valerosas, a aquel que se atrasa, a ese lo castiga la vida. Esta frase de Gorbachov tenía un sentido inequívoco: La estabilidad de los sistemas en Europa del Este requería de reformas, el inmovilismo solo profundizaría la inestabilidad[6]. En esos días, en las masivas protestas en Berlín Oriental se confundían los gritos que aclamaban a Gorbachov junto con los de Alemania patria unida, paradojalmente, era una de las frases iniciales de la letra del Himno de la DDR, pero que por razones obvias, dejó de cantarse y solo se usaba la música.
El 18 de octubre, en el contexto de la profundización de la crisis económica y política, la cúpula del SED decidió reemplazar a Erich Honecker en los cargos de secretario general del Partido y Pdte. Del Consejo de ministros. Honecker tenía para entonces 76 años y padecía de cáncer. Había estado en el cargo de secretario Gral. del Partido desde 1976. Fue reemplazado por su delfín, Egon Krenz, miembro del Comité Central del SED. Krenz, el joven eterno, había sido durante diez años (1973-1983) secretario general de la Organización de Jóvenes del SED (la FDJ), cuando dejó ese cargo, tenía 43 años y aunque en su primer discurso público ofreció reformas, la presión de las manifestaciones públicas en las grandes ciudades de la DDR siguió creciendo.
Frente a la presión de estos acontecimientos internos y externos, el nuevo liderazgo del SED decidió generar nuevas reglas que permitieran distender la situación, facilitando los viajes de sus ciudadanos. Quien debió informar públicamente acerca de estas nuevas reglas, el Vocero de Prensa del Gobierno, Günter Chabosky, no había estado presente en la reunión del Comité Central del SED en donde estas se habían discutido y llegó a una conferencia de prensa oficial con información incompleta. En esta Conferencia de Prensa (09.11.), informó que el Gobierno permitiría que todos los ciudadanos de la DDR viajaran ahora hacia el extranjero sin visa ni salvoconducto. Un periodista occidental preguntó: ¿Desde cuándo? Chabosky contestó… desde ahora. El periodista volvió a preguntar ¿Esa decisión incluye a Berlín? Respuesta de Chabosky: Sí. En realidad, el acuerdo del Comité Central era una decisión respecto de la cual se informaría próximamente de su reglamentación antes de entrar en vigencia y no sabemos si fue realmente un error por desinformación de Chabosky o si este actuó de manera intencional; lo cierto es que los habitantes de Berlín Oriental comenzaron a informarse a través de los noticiarios de la TV de la BRD a partir de las 20 hrs. Los primeros berlineses comenzaron a cruzar el Muro cerca de las 21 hrs. Hacia las 22 hrs, ya eran miles. Los Guardias Fronterizos quedaron absolutamente desconcertados, sin ordenes ni información, recurrieron a sus superiores que estaban en la misma situación. Los comandantes de las guarniciones soviéticas de Berlín también estaban desconcertados y pusieron a sus tropas en estado de alerta, pero casi de manera milagrosa finalmente nadie disparó. Berlín Occidental, del otro lado del Muro, se transformó en una fiesta, miles de personas se volcaron a las calles. Paradojalmente, en Washington, en Moscú, así como en el resto de las capitales europeas, también las autoridades se enteran por los noticiarios de TV[7].
Del “Mauerfall” al Plan de los 10 Puntos y la Reunificación
Cuando estos eventos ocurrían en Berlín, el Canciller Helmuth Kohl, junto con su ministro de Relaciones Exteriores, Hans Dietrich Gensher, se encontraban en Varsovia en una cena oficial con Tadeusz Mazowiecki. Lech Waleza, recuerda una anécdota en una conversación previa. Waleza preguntó qué haría el Gobierno Alemán si de improviso Berlín Occidental se llenara de berlineses del otro lado del Muro. Kohl se rió y dijo, para cuando eso ocurra, el pasto ya habrá crecido sobre nuestras tumbas… Kohl se enteró durante la cena oficial de los eventos en Berlín a través de su consejero de política exterior, Horst Teltschik, pero de la sorpresa inicial, reaccionó rápidamente y tomo la iniciativa El 28 de noviembre el Canciller da a conocer su “hoja de ruta” y un Plan de 10 Puntos. Los primeros puntos se refieres a medidas humanitarias y económicas, el punto 5 se refiere a la creación de una entidad federativa entre ambas Alemanias, el punto 7 se refiere al ingreso a la EU de la ex DDR. El punto 10 es la reunificación alemana.
En el intertanto, los nuevos líderes de la DDR intentaban recuperar el control sobre los acontecimientos. En una entrevista (CNN), el nuevo secretario Gral. Egon Krenz, sostiene que la apertura de la frontera al libre tránsito no debe confundirse con la reunificación, esta, no está a la orden del día. Esa frase, con excepción de Washington, será repetida en casi todas las otras capitales de las potencias de ocupación. Hay otra frase que se repite y que comparte inicialmente el propio Kohl: la reunificación es un proceso que estimativamente tardará 10 años.
¿Como se pasó de una perspectiva larga e incierta respecto de la reunificación a que esta culminara exitosamente en menos de un año?. Es una historia compleja respecto de la cual, la extensión de este artículo no permite aportar detalles, pero en su origen hubo un cierto malentendido: Una nota verbal de Valentin Falin, historiador, ex-embajador ruso en la BRD, reputado experto soviético en asuntos alemanes, que a la época se desempeñaba como Director del Departamento de Relaciones Internacionales del PCUS, que es transmitida a Horst Teltschik, el asesor de Kohl a través de otro experto ruso en asuntos alemanes Nikolai Portugalow (21.11.). En esta nota, Falin plantea una serie de consideraciones respecto de cómo se podría avanzar en un proceso de reunificación. Teltschik entendió que la nota traducía una disposición soviética (aunque Falin era funcionario del Partido, no de la Cancillería) respecto de un proceso de reunificación. El sentido de la acción de Falin por el contrario, era más bien una suerte de globo-sonda y en ningún caso expresión de la voluntad del Gobierno Soviético. Este hecho ha tenido diversas interpretaciones[8], pero lo importante es su efecto: Convención a Kohl de que había un nicho de oportunidades que había que aprovechar rápidamente. Ese fue el origen del Plan de los 10 Puntos De manera consciente, en ese documento Kohl no hace ninguna referencia al tema de las fronteras orientales, tampoco a la vinculación con pactos o bloques ni al Estatuto de las 4 Potencias. El plan de Kohl no contemplaba un cronograma, pero tampoco fue ni informado ni discutido con los socios europeo, aunque si con el Gobierno de Bush. La posibilidad de una Alemania unida volvió a agitar viejos fantasmas y temores en las capitales europeas. En respuesta, Kohl uso el mismo argumento de Adenauer: El futuro es una Alemania europea, no una Europa alemana.
Solo el Gobierno de Bush reaccionó favorablemente al Plan de los 10 Puntos. François Mitterrand, quien había cultivado una relación de amistad con Kohl se sintió traicionado y voló a Moscú para convencer a Gorbachov que era necesaria un rechazo conjunto. Gorbachov no necesitaba ser convencido pero tenía tal nivel de problemas internos en la URSS que tampoco tenía voluntad de intervenir; también tenía claro que el colapso del régimen comunista en la DDR era solo cuestión de tiempo, aunque no tenía claridad que podía surgir en su reemplazo (la cúpula del SED siempre jugó con la posibilidad de una solución federativa). La preocupación fundamental de Gorbachov era otra: la extensión de la OTAN hacia el espacio de la antigua DDR y la permanencia de las divisiones soviéticas desplegadas allí. Para Gorbachov este aspecto le permitía a la URSS ganar tiempo y eventualmente negociar una retirada conjunta con las fuerzas de USA desplegadas en la RFA. Paradojalmente, la única condición del Pdte. Bush era que la Alemania Unificada debía ser parte de la OTAN, aunque también era sensible respecto de que el status de Alemania no debía debilitar la frágil posición interna de Gorbachov. La oposición más férrea vino de Gran Bretaña, Margaret Thatcher nunca simpatizó con Kohl pero su preocupación mayor era la alteración del equilibrio de poder en Europa en perjuicio de Gran Bretaña.
Estas posiciones fueron cambiando paulatinamente como producto de una compleja negociación, pero también de los eventos en Alemania. En marzo del 90 las elecciones parlamentarias de en la DDR se transformaron en, un verdadero plebiscito sobre la reunificación. Los resultados fueron abrumadores (98% de participación electoral y 48.5 % para la CDU, el partido de Kohl, 22% para el SPD, la otra opción pro-unificación) y sepultaron la alternativa de una confederación (la opción del SED). El Pdte. Bush convenció a Mitterrand que no tenía sentido continuar oponiéndose a la reunificación y que era más práctico convenir un proceso regulado. Mitterrand asumió entonces que debía concentrarse en un segundo objetivo: El rol futuro de Alemania en la integración europea, que como se podía prever, contaría en el corto plazo con más miembros pero que además debería incluir ahora una dimensión política. Kohl compartía esa perspectiva pero la transacción tenía un precio: el abandono del marco alemán y la admisión de una moneda única, el Euro. Estos acuerdos prefiguran el camino que lleva a Maastricht (1992). El gobierno británico por su parte se fue convenciendo de que la reunificación podía ser retardada, pero no contenida y que era mejor tener una posición proactiva. En el marco de las Conversaciones 2 más 4 (Que se inician en febrero de 1990), el Gobierno Británico flexibiliza su posición. En el Ministerio de Exteriores Británico había más sensibilidad respecto del equilibrio de poder y la importancia de la permanencia de Alemania en la OTAN, por consiguiente, estaban disponibles a hacer concesiones. En contra de los supuestos de la primera ministra, estaban convencidos de que la crisis económica de la Perestroika y la debilidad interna de Gorbachov lo obligaría a buscar apoyo en Occidente y que por tanto también terminaría cediendo.
El último elemento en esta cadena de cambios fue obviamente Gorbachov. Kohl le argumentaría que la reunificación alemana y la integración europea, (en donde incluía a la URSS), son como dos rieles de una misma vía, la solución (interna) a la Reunificación y la estabilidad (internacional) de Europa no se pueden separar. Pero faltaba aún resolver un problema de peso (más bien de pesos): Los rusos urgentemente necesitan dinero (la Perestroika está en crisis dice Gorbachov), los alemanes tienen y Kohl está dispuesto a pagar (algunas fuentes sostienen que la idea fue del Pdte. Bush). El monto del cheque es de DM 5000 millones (julio del 90). El Tratado es suscrito en Moscú el 12.09.1990. y en octubre en Nueva York, las 4 Potencias emiten una declaración conjunta en donde renuncian a sus derechos sobre Berlín. El Tratado entraría en vigencia el 15.03.91. Alemania recuperaba así su plena soberanía.
“El Muro no cayó, solo le hicieron un agujero…”
La frase corresponde a un ciudadano de la ex -DDR en un reportaje de prensa a propósito del 30° aniversario de la Caída del Muro y grafica una percepción extendida entre esos ciudadanos, mayores de 60 años, que salieron a manifestarse en las calles hace 35 años. Querían democracia, pero por sobre todo querían el nivel de consumo de los habitantes del lado Occidental. Para ellos, el entusiasmo pronto se diluyó. La unificación monetaria (una tasa cambiaria que pasó desde 10 a 1DM a 1-1) hizo colapsar la economía de la DDR, particularmente su obsoleto sector industrial que dejó de ser competitivo incluso en los mercados de Europa del Este. El esfuerzo de la privatización acelerada profundizó el desempleo y el malestar social. Se encontraron con empleos mal pagados, pensiones que no se equiparaban a las del oeste y, sobre todo, la falta de reconocimiento de sus vidas laborales. Las élites profesionales y económicas de la RFA desembarcaron al otro lado y ocuparon los mejores puestos. Llegaron entre 30.000 y 40.000 wessies y se pusieron a dirigir universidades, teatros, hospitales, empresas, todo. En la Ex –DDR, los problemas no fueron solo económicos, también fueron identitarios: pasaron a sentirse alemanes de segunda categoría. En los Länder de la antigua República Federal, en los ciudadanos de a pie también decayó el entusiasmo: les subieron sus impuestos para financiar la Reunificación (impuestos que se mantuvieron hasta hace 5 años atrás). El costo final de la Reunificación no está claro, pero la estimación es que terminó siendo 2 billones de euros[9].
Un estudio publicado al calor del 30º aniversario del Mauerfall, por el instituto Policy Matters para Die Zeit, muestra la frustración del 80% de los preguntados, para quienes el oeste del país no ha reconocido lo suficientemente sus esfuerzos en la reunificación. Y refleja una desafección alarmante con las instituciones del Estado. Un 58% de los encuestados dijo que no se sienten mejor protegidos de la arbitrariedad estatal que en tiempos de la RDA y un 41% siente que no se puede expresar con más libertad que antes de 1989.
No obstante, aunque en todos los indicadores económicos siguen existiendo diferencias entre los Länder Occidentales v/s las regiones de la Ex-DDR, el tiempo también trajo allí más prosperidad y estabilidad, pero aun así, hay diferencias sustantivas que persisten. El antiguo partido comunista de la DDR, el SED, reconvertido posteriormente en Die Linke (la Izquierda), ha podido mantener cierto nivel de representación parlamentaria, Paradojalmente su principal derrota se la ha propinado recientemente una mujer que se incorporó al SED en los momentos en que la DDR colapsaba en 1989: Sarah Wagenknecht, una sorprendente figura con una gran performance mediática[10] que construyó un partido que lleva su nombre y apellido: la Alianza (Bündnis) Sarah Wagenknecht que arrastró a 6 diputados de la fracción de Die Linke a su propio partido y que logró elegir a otros seis eurodiputados en las últimas elecciones europeas. Es otra expresión más del populismo europeo, pero cuyo discurso combina elementos de la izquierda marxista clásica, la crítica a la izquierda woke, junto a elementos propios del populismo de derecha como la crítica a la inmigración. Ese cocktail ha resultado ser exitoso; le ha permitido captar votos tanto de la ultraderecha como de la izquierda.
Pero eso no es todo. En la antigua DDR, muchos jóvenes que militaron en la FDJ pasaron (sin escalas) a militar en grupos de ultraderecha y el N° de atentados de características raciales creció más en número y gravedad que en la antigua República Federal. Los síntomas de descontento aumentaron en esos territorios como consecuencia de la Crisis de los Refugiados (2015) y eso produjo la expansión electoral de un nuevo partido populista de ultraderecha, Alternativa para Alemania (AFD) cuyo discurso se centra precisamente en la amenaza de los refugiados, pero también con los crecientes problemas económicos que Alemania ha enfrentado como consecuencia de la crisis del COVID y de la Guerra de Ucrania.
Alemania tiene hoy el peor desempeño de la Zona Euro, lo cual se ha traducido recientemente en una profunda crisis en la Alianza de Gobierno. El líder del Partido Liberal (FDP) y ministro de Haciendo Christian, Lindner fue recientemente expulsado de su cargo. Ese conjunto de factores (pérdida de competitividad, inflación, bajo crecimiento, descontento social y otras externalidades negativas de la globalización que se repiten también en otros casos europeos), permiten entender el crecimiento electoral de la ultraderecha (AFD) particularmente en Länder de la ex DDR. En las últimas elecciones de gobiernos (Parlamentos) regionales en Türingen y Sachsen la primera mayoría (aunque no absoluta) la obtuvo AFD, los grandes derrotados fueron los partidos de gobierno (Socialdemócratas, Liberales y Verdes), pero las elecciones dejaron también a Sarah Wagenknecht con la posibilidad de que su partido se transforme en la bisagra para poder formar coaliciones de gobierno; pero como nada es gratis, el precio de Wagenknecht es abandonar el apoyo militar a Ucrania. Para la coalición de Gobierno y para la CDU, un intransable.
Así, a 35 años de la Caída del Muro, el escenario no da para muchas celebraciones, menos ahora, cuando el triunfo de Donald Trump augura para Alemania y para Europa un conjunto de problemas adicionales como una anunciada guerra de aranceles y políticas proteccionistas. Las figuras que tuvieron un rol protagónico en esos días tuvieron una suerte dispar. Honecker finalmente falleció exiliado en Chile, Krenz vive exiliado en Cuba. Gorbachov, padre involuntario de la Caída del Muro, apreciado transversalmente en Occidente, terminó siendo el responsable de la disolución de la URSS (la mayor catástrofe del Siglo XX según Putin), Kohl terminó su carrera política imputado por financiamiento ilegal de la política (1999), precisamente por dineros usados en la campaña parlamentaria de la CDU en la DDR (03.90.), que fue decisiva para acelerar la Reunificación y cuya consecuencia fue perder luego la presidencia honoraria de la CDU a manos de Angela Merkel, quien, alguna vez, él llamó su niña. Aunque protagonista desde una segunda línea, Angela Merkel sobrevive, pero retirada de la política y del Mundo, escribe sus memorias y al parecer, al menos en la élite política, nadie la echa de menos y en su partido, la CDU, pareciera que ni siquiera la recuerdan con cariño. Lo que en su momento se le reconoció como liderazgo, visión y talento político, hoy es leído de una manera crítica a la luz de eventos como los costos de su política energética, la relación con Rusia y la Guerra de Ucrania. Posiblemente ahora, con la elección de Trump, muchos en Europa echarán de menos su liderazgo. Sic Transit Gloria Mundi.
Como en el libro de Marshall Berman Todo lo sólido se desvanece en el aire… y aunque el tema siga siendo de interés para historiadores,la épica de la caída del Muro también se ha ido desvaneciendo en el aire. Tal vez solo por eso, vale la pena recordarlo.
[1] Desde 1941 en adelante un elemento de consenso entre los Aliados era que Alemania debía ser dividida, esta división se consagró hacia el final de la Guerra en los acuerdos de Yalta y Potsdam. Francia no tuvo representación en Yalta, pero Churchill consiguió que se les asignara también a ellos una zona de ocupación. Las razones de Churchill eran realistas: Los norteamericanos regresarían a su patria, los rusos se quedarían. Se crearon así las cuatro zonas de ocupación Vid Graml, Hermann, Vom Kriegesende bis zur doppelten Staatsgrundung 1945-1949 Weidenfeld / Zimmermann (edits) Deutsche Handbuch. Eine doppelte Bilanz 1949-1989, Bundeszentrale für politische Bildung, Bonn 1990 pp. 35-48.
[2] Sobre el proceso de creación de los dos Estados alemanes Vid: Theo Stammen: Einigkeit und Recht und Freiheit Westdeutshe Innenpolitik 1945-1955 DTV-Dokumeta Ulstein, 1966. Araya, Eduardo “Alemania: De la Rendición a la División (1945-1949)”. Annals Political Science of de Ovidius University of Constanca Series N° 4 / 2015 Rumania pp. 109-129.
[3] Véase Brzezinski, Zbigniew. Entre Dos Épocas. Estados Unidos en la Era Tecnotrónica (1970) Paidós, Buenos Aires, 1973.
[4] La formulación más explícita del cambio radical en materia de política exterior que proponía Gorbachov, que denominó nuevo pensamiento, está expresada en su discurso ante la Asamblea Gral. de la ONU en diciembre de 1987. El contenido de este discurso supone abandonar la tradición del realismo-leninismo para adoptar una visión propia de la teoría de la interdependencia compleja. Una apelación a la cooperación a partir de valores universales que se deriva de una constatación: En u mundo con arsenales nucleares la seguridad de todos solo puede fundarse en la cooperación, pero para cooperar es necesario construir relaciones de confianza y una de las condiciones para tal efecto, era terminar con la división en Europa Vid Gorbachov, Tshernjajew y otros: Das neue Denken Politik in Zeitalter der Globalisierung. München 1997. Oldenburg Fred: Sowetische Aussepolitik 1985-1991. GESIS Leibintz Institut für Socialwissenschaften 1997. https://nbn-resolving.org/urn:nbn:de:0168-ssoar-43308.
[5] La razón de porque el P. Comunista de la DDR adoptó la denominación de Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) es porque la ocupación soviética forzó la unificación de socialistas y comunistas en su zona de ocupación bajo el argumento de que ambos partidos (en una zona “liberada”) representaban a la clase obrera, pero la clase obrera era una sola. Los otros partidos que existieron antes de la toma del poder por los nazis, demócratas-cristianos, liberales e incluso un “partido campesino” se mantuvieron formalmente para generar la ficción de que existía pluralismo político, pero obviamente sin ninguna incidencia en procesos decisorios.
[6] Oldenburg, Fred. Perestroika in the Soviet Union ante de German Democratic Republic. Institut für Ost European Studies, Köln 1989. https://www.jstor.org/stable/30001755?seq=1#page_scan_tab_contents
[7] Sobre la histórica conferencia de prensa el día 9 de noviembre y las consecuencias en los días posteriores vid.: https://www.youtube.com/watch?v=yWk7fVs3814&list=RDyWk7fVs3814&index
https://www.youtube.com/watch?v=0qPHTa2qT-Y&t=1362s
[8] Lo que tampoco queda claro es porque ni por encargo de quien Portugalow mantuvo además una segunda conversación con Telstschik, salvo como una eventual cuestión personal que perseguía ganar una influencia personal en el proceso. Von Plato Alexander: Die Vereinigung Deutschlands-ein weltpolitisches Machtspiel. Bush, Kohl, Gorbatschow und die internen Gesprächsprotokolle, Berlin 2009, S. 115. Entrevista a H Teltschik.
Entrevista https://www.mdr.de/zeitreise/horst-teltschik-deutsche-einheit-100.html
[9] Bibow Jörg: The Economic Consequences of German Unification: The Impact of Misguided Macroeconomic Policies, 2020 https://www.levyinstitute.org/pubs/hili67a.pdf
[10] Sarah Wagenknecht construyó su partido desde los medios, pero tiene tras de sí una larga carrera política desde 1991 en la dirección del PDS, el partido sucesor del SED en Alemania Oriental, posteriormente devenido en Die Linke. En 2004 fue electa eurodiputada y desde el 2009 diputada federal, aunque siempre con un rol divergente. En 2018 participó en la formación Aufstehen, un equivalente de La Francia Insumisa. Contra lo que pudiera suponerse de una carrera política fuertemente ligada a los medios en los últimos años, Sarah Wagenknecht tiene dos doctorados. Uno en Filosofía (1996) y otro en Economía (2005). https://www.nuso.org/articulo/sahra-wagenknecht-divide-a-la-izquierda-en-alemania