Un lustro ha pasado desde el 18 de octubre de 2019, y las percepciones y juicios han cambiado considerablemente desde los momentos más intensos de las protestas. Los cambios en la percepción de la opinión pública también se reflejan en las evaluaciones del mundo intelectual.
En las semanas posteriores al 18 de octubre, las encuestas reflejaban el descontento y la desaprobación hacia el segundo gobierno de Sebastián Piñera[1]. Sin embargo, en las últimas mediciones, a cinco años de su irrupción, se ha observado una transformación notable en cuanto a la percepción del estallido y la legitimidad de las protestas[2].
En un principio
Apenas semanas de los hechos, aparecieron distintas interpretaciones sobre la génesis del 18-O.
Figuras como la del historiador social, Gabriel Salazar, hicieron énfasis en cómo este “reventón social” tuvo como una de sus principales causas que las “clases populares habían concurrido a manifestar su rechazo al modelo neoliberal vigente”[3]. Por otra parte, hubo otros, como el historiador Alejandro San Francisco, que plantearon que las protestas de octubre eran, por su magnitud, indicativas de una revolución; la “revolución de octubre” [4].
¿Qué nos informan las interpretaciones cinco años después?
Variedad de interpretaciones a cinco años del estallido social
Canales, Mella y Araujo
Para Manuel Canales, sociólogo y profesor de la Universidad de Chile, el “estallido social” estuvo motivado por “la expresión de una subjetividad popular, torcida por las condiciones que le imponía el régimen neoliberal”[5].
Según Canales, el centro de las demandas del “Octubre chileno”, como así lo denomina, eran exigencias de mejor salud pública, pensiones y empleos con remuneración digna, especialmente para una “generación desengañada” por la promesa aspiracional del “tú puedes” de la educación superior. Con todo, a pesar del fracaso de los dos procesos constitucionales (2021-2022 y 2023), Canales sostuvo que las “condiciones estructurales” que dieron forma a octubre, “siguen incomodando”.
Canales agrega que el fracaso de la Convención Constitucional (2021-2022), era atribuible a la “sobrerrepresentación” de las cuestiones identitarias por sobre las sentidas demandas de mayores derechos sociales y económicos. Si bien para Canales estos grupos identitarios eran legítimos, no estuvieron a la altura de las expectativas que el mismo “estallido social” inauguró. En definitiva, para Canales, ningún sector político se hizo responsable “debidamente” de las demandas más urgentes del “estallido social”.
Para el analista político, académico de la Universidad de Santiago y columnista de Ciper, Marcelo Mella, el estallido fue originado por un conjunto de malestares y frustraciones, acompañado de un proceso de “elitización” de la democracia y de un notorio estancamiento económico. De acuerdo con Mella, “la imagen del 18 de octubre en la actualidad es que se vive en una fase de desintegración de un modelo —el de la transición—, sin que existiera un modelo de reemplazo definido”[6]. Según Mella, el estallido “todavía” se encuentra abierto, pues “creó un falso optimismo (…)”, siendo que finalmente “no cambiamos tanto”.
Por su parte, para la académica Kathya Araujo, el “estallido social” fue un acontecimiento central que, aunque tomó relevancia, no dejó de ser solo un acontecimiento emergente que se inserta en un proceso social de larga duración que “todavía continúa”[7]. Para ella, el “estallido social” adquirió relevancia en cuanto a “sentimiento traumático”, que emergió y trajo consigo “contradicciones” y “tensiones” en la sociedad.
Para Araujo hubo dos grandes “transformaciones estructurales” que explican la génesis del estallido. En primer lugar, el “cambio de modelo económico”, y, segundo, las “transformaciones normativas”[8]. Según Araujo, cambios morales y normativos como, por ejemplo, los ligados al reconocimiento y a la dignidad, se hicieron presentes, a raíz de “experiencias ordinarias” y el acceso a la educación. Esto logró modificar los “desafíos a enfrentar” bajo el marco general de un “agobio transversal”, que afectó a todas las clases sociales debido a las “exigencias desmesuradas” del “modelo” de modernización.
San Francisco, Araos y Mansuy
Como mencionamos más atrás, Alejandro San Francisco sostuvo que el 18-O tuvo gran relevancia en la historia de Chile, ya que se marcaba el inicio de un “proceso histórico decisivo”. Así, con el “estallido social” se iniciaba un “proceso revolucionario” debido a que en el proceso se observaron ideas políticas y sociales contrastantes con el orden político vigente; hubo una lucha por el poder y un intento de alterar el orden político, y se dio una masiva participación popular.
A cinco años del estallido social, San Francisco sigue sosteniendo que este fue una “revolución”[9]. En octubre de 2024, el historiador agregó que los cambios en la evaluación de la población en torno al apoyo a las protestas se debían a la situación económica post estallido, el paso del tiempo y, por consiguiente, el cambio de perspectivas, como así también a la “obsesión constituyente” que acompañó el proceso, dejando muy atrás las preocupaciones iniciales del último tercio de 2019.
Para la filósofa del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Josefina Araos, a cinco años del “estallido”, el país ha presentado más continuidades que cambios. En este sentido, la autora destaca los datos de las encuestas que demuestran el creciente rechazo de la ciudadanía hacia las protestas[10]. Para Araos, la ciudadanía “tomó consciencia” de las consecuencias del estallido, la violencia, su justificación e instrumentalización política[11]. Por otra parte, hizo eco de la existencia de nuevas problemáticas como, por ejemplo, la crisis de seguridad, que se suman a las ya existentes en los ámbitos de la salud y la educación, que ayudan a explicar el cambio de interpretación en la población respecto a los hechos de octubre.
Por su parte, Daniel Mansuy, otro miembro del IES destacó que durante los primeros días del “estallido”, hubo un “vacío de poder” frente a un gobierno de centroderecha que no encontró las herramientas para enfrentar la crisis, lo que generó en la población una sensación de “nula conducción política”.
Mansuy agregó que “la posición de masa inorgánica de los protestantes, que se manifestaron de forma violenta y pacífica (…) políticamente cuesta recoger a esta masa, que se niega a ser representada por una bandera”[12]. Para Mansuy, la política se encargó de dotar de sentido al movimiento, que poseía múltiples contradicciones. Esta caracterización del movimiento explica, según Mansuy, que quienes apoyaron la violencia de las movilizaciones en un principio, hoy las niegan y no las avalen.
Mansuy enfatiza que la clase política, la que aparentemente dotó de sentido a las movilizaciones, fue la que inició la “salida de la crisis” por una vía constitucional, que no era parte de las protestas, abriendo una contradicción entre las demandas urgentes e impostergables, y el proceso de mediano y largo plazo para implementar un nuevo orden constitucional.
Palabras al cierre
A cinco años del “estallido social” de 2019, las evaluaciones y las percepciones ciudadanas respecto al acontecimiento de octubre distan de las expresadas a inicios de este.
De los autores analizados, hemos visto que mientras algunos hacen énfasis en la idea de que el “estallido” se trató de una lucha en contra del “modelo” vigente (Canales y San Francisco), otros subrayan parte de sus consecuencias como el aumento de la polarización, la precarización de la seguridad y su impacto negativo en la economía (Mansuy y Araos).
El fracaso de los dos procesos constitucionales (2021-2022, 2023) acompañado de la precaria situación económica y la crisis de seguridad, ha dado espacio para que los detractores del “estallido” la circunscriban solo a la violencia vandálica. Tal es el caso de la exministra Marcela Cubillos (UDI), quién argumentó que el “octubrismo sigue vivo”[13]. Con todo, es necesario atender que el “estallido social” fue mucho más complejo y multifacético que eso.
Cumplido un primer lustro tenemos la perspectiva suficiente para darnos cuenta de que no todo fue “octubrismo”, ni todo fue “noviembrismo”. Es innegable que al acontecimiento de octubre lo vinculan sentidas demandas ciudadanas que los dos procesos constituyentes no clausuraron. Por el contrario, muchas necesidades y expectativas de mayor desarrollo siguen vigentes.
Quizás, demasiado vigentes.
[1]La encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) correspondiente a diciembre de 2019 señalaba que el 55% de los encuestados apoyaba las manifestaciones del “estallido social”.
[2]La encuesta CEP N° 92 correspondiente a agosto y septiembre de 2024 señaló que el 50% de los encuestados creía que el estallido social fue “muy malo” para Chile, mientras que el 30% consideraba que fue “regular” y tan solo un 17% como “bueno”.
[3]https://nuso.org/articulo/protestas-Chile-estudiantes-neoliberalismo/
[4]Analista por 18 de octubre de 2019: “Tiene una gran relevancia en la historia de Chile, inicia una revolución”. 24 Horas, 18 de octubre de 2021. https://www.24horas.cl/nacional/analista-por-18-de-octubre-de-2019-tiene-una-gran-relevancia-en-la-historia-de-chile-inicia-una-revolucion-5019550
[5]https://radio.uchile.cl/2024/10/06/manuel-canales-a-cinco-anos-del-estallido-social-quien-puede-creer-que-este-orden-se-sostiene-15-anos-mas/
[6]Marcelo Mella en Radio USACH. “El estallido social creó un falso optimismo y luego vimos que no cambiamos tanto”. 26 de septiembre de 2024.
[7]Seminario IES: “A cinco años de la crisis de Octubre”. 4 de octubre de 2024.
[8] Esta tesis la articula Araujo por primera vez en la introducción al libro Hilos tensados. Para leer el octubre chileno, publicado en diciembre de 2019.
[9]https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/la-revolucion-de-octubre-de-2019-5-anos-despues/
[10]Encuesta CEP N° 29, agosto-septiembre de 2024.
[11]Seminario IES: “A cinco años de la crisis de octubre”. 4 de octubre de 2024.
[12]Ibidem.
[13]Esto ante los cuestionamientos por sus sueldos millonarios en la Universidad San Sebastián. https://www.latercera.com/politica/noticia/cubillos-acusa-que-el-octubrismo-sigue-vivo-tras-denuncia-de-diputados-ps-que-derivo-en-investigacion-de-fiscalia-por-sueldo-en-uss/6S2U36CIWNBNFDBKBEYQL5SFOY/