La(s) derecha(s) frente a las elecciones de octubre de 2024: ¿una “guerra civil”?

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Publicado en 5 octubre, 2024

Recientemente, la senadora del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, definió las negociaciones de la derecha para los pactos electorales en las próximas elecciones municipales y regionales de 2024 como una “guerra civil”[1]. Ciertas evidencias permiten confirmar aquello. Una de las más importantes, es que la derecha, o mejor dicho, las derechas, van divididas en tres frentes, con negociaciones marcadas por fuertes tensiones internas.

Negociaciones en la derecha

Cierta parte de la oposición ha mostrado un triunfalismo excesivo para las próximas elecciones[2]. Un caso destacable es el Partido Republicano. Sin embargo, el presidente interino de la Unión Demócrata Independiente, Guillermo Ramírez, resolvió ser más cauto frente a los próximos comicios: “El excesivo triunfalismo me asusta, porque el efecto comunicacional que eso puede generar de acá a octubre [de 2024] puede ser muy dañino (…) puedes ir con el mejor candidato (…) pero si tu vas con dos candidatos y el adversario va con uno vas a perder (…) el factor más importante es la unidad”.

El pasado 29 de julio de 2024 terminó el plazo para la formalización de pactos electorales y declaración de candidaturas, y a pesar del diagnóstico de figuras como Guillermo Ramírez, la oposición no logró destrabar los nudos de municipios clave como Antofagasta, Concepción y Valdivia.

Una excepción para la derecha fue el caso de Viña del Mar, pero dicha negociación no estuvo libre de tensiones. El candidato independiente, Iván Poduje, logró consolidarse como el candidato único del centro y la centroderecha, tras recibir el apoyo de Amarillos, Demócratas y Chile Vamos. Su elección fue duramente criticada por el Partido Republicano, que a partir de la desacreditación a Poduje buscaba imponer a su propia candidata, Antonella Pecchenino. José Antonio Kast llegó a señalar que “lo que pase en Viña del Mar es responsabilidad de Chile Vamos porque son ellos los que le han dado el piso a Iván Poduje”[3]. El líder republicano sostuvo también que Pecchenino era una buena opción para competir por el sillón alcaldicio, ya que poseía “relación, vínculo y vida”[4]. Finalmente, Pecchenino bajó su candidatura, logrando la unidad de la oposición en uno de los municipios más importantes en las próximas elecciones[5].

Esta misma estrategia, con todo, fracasó en Concepción. En la comuna, tres candidatos de derecha se disputarán la alcaldía: Valentina Pavez Van Rysselberghe (UDI), James Argo Chávez (independiente, en cupo de Republicanos) y Héctor Muñoz (independiente apoyado por el Partido Social Cristiano). Esta fragmentación pone en riesgo el dominio de la derecha en una comuna gobernada desde 2012 por la Democracia Cristiana, lo que añade incertidumbre sobre la vigencia o no del fenómeno “Van Rysselberghe”, que desde la década de 1990 ha consolidado su presencia en la región del Biobío.

Valdivia tampoco ofrece una imagen optimista, con cuatro candidatos de oposición: Eduardo Berger (Chile Vamos), Leandro Jorge Kunstmann (independiente, en cupo de Republicanos) y Jose Ignacio Bustos (independiente, apoyado por el Partido Social Cristiano) disputando la reelección frenteamplista de Carla Amtmann y candidata única de la izquierda y la centroizquierda.

El caso de Antofagasta es paroxístico tanto para la izquierda como para la derecha, con nueve candidatos, entre independientes, oficialistas y de oposición. En este último caso, son tres que debemos mencionar: Sacha Razmilic (Chile Vamos), Roberto Carlos Soto (Independiente, en cupo de Republicanos) y Eslayne Portilla (Independiente apoyado por el Partido Social Cristiano).

A diferencia de Guillermo Ramírez (UDI), el vicepresidente del Partido Republicano, Luis Silva, no creía deseable ir a la papeleta con un candidato único en todas las comunas, ya que estas elecciones son una oportunidad para “probar futuros liderazgos”[6]. En otras palabras, el Partido Republicano intenta extender su hegemonía dentro de la derecha, disputando posiciones a los partidos de Chile Vamos, así como al Partido Social Cristiano. Este comportamiento por parte de republicanos debe ser considerado como una antesala de lo que serán las negociaciones para las primarias de la oposición frente a las elecciones presidenciales de 2025.

Diferencias cada vez más profundas en la derecha

Es tentativo decir que las diferencias dentro de la derecha chilena no disminuyen, sino que más bien se acrecientan. Las tensiones llegaron a un nuevo punto álgido tras la publicación de un video de la Juventud Republicana, que, entre otros, “celebraba” la acción de las Fuerzas Armadas y Carabineros el 11 de septiembre de 1973[7].

En una carta al Director de El Mercurio, los exministros Gonzalo Blumel, Ignacio Briones, María Emilia Undurraga, Luz Poblete (exsecretaria general de Evópoli) y el expresidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, escribieron que les parecía que “el gobierno de la UP [había sido] nefasto. Pero [que] el golpe [era] indisociable de lo que sabemos ocurrió luego: 17 años de dictadura, violaciones a los derechos humanos brutales y sistemáticas, conculcación de libertades y una polarización que nos divide hasta hoy. Un precio (…) moralmente intolerable”[8]. Los autores de la carta sostuvieron que no había nada que celebrar, marcando un distanciamiento notable de los planteamientos de la Juventud Republicana.

Con todo, la Juventud Republicana fue respaldada por la bancada de diputados de su misma tienda. El diputado Cristian Araya respaldó “completamente” el video, indicando que este marcaba “una posición que es la constante en el partido”[9].

Conclusión

Dada la dispersión de candidatos y los efectos de los casos Factop-Audios y Cubillos-USS, es difícil imaginar que la derecha logre victorias contundentes en los comicios de octubre, como lo hizo el Partido Popular en las elecciones municipales y autonómicas de España en 2023[10].

La fragmentación de la derecha se evidencia con claridad en la incapacidad para llevar candidatos únicos y en la honda divergencia a la hora de interpretar el pasado reciente, especialmente en lo tocante al Golpe de Estado y las violaciones a los derechos humanos. Sobre esto último, las diferencias entre Evópoli y el Partido Republicano son insalvables.

Los resultados de las elecciones de octubre serán claves para confirmar si republicanos seguirá cosechando triunfos electorales, como fue el caso en la elección de consejeros constitucionales en 2023 al obtener la primera mayoría nacional. Si este fuese el caso o si la aguja se mueve hacia Chile Vamos, esto resultará decisivo para las próximas presidenciales de 2025. Otro fenómeno interesante a considerar son los resultados del Partido Social Cristiano y cómo será su relación con las derechas de cara a próximas elecciones. Sea como sea, la fragmentación dentro de la derecha demuestra que las relaciones dentro del sector están lejos de ser las ideales, y que la fragmentación en la política chilena es un fenómeno transversal.


[1]https://www.cnnchile.com/lodijeronencnn/partidos-proscritos-vodanovic-critica-oposicion-falta-de-acuerdos-elecciones_20240804/

[2]https://www.emol.com/noticias/Nacional/2024/06/24/1134573/kast-chile-vamos-elecciones-municipales.html

[3]Ibidem

[4]Ibidem

[5]https://www.ex-ante.cl/poduje-candidato-unico-en-vina-chile-vamos-y-republicamos-comienzan-a-despejar-nudos-ante-arremetida-politica-de-la-moneda/

[6]Programa Estado Nacional, jueves 25 de julio de 2024. https://youtu.be/rNjPP43Bv1U?si=JNdfUMdtAEWu-cs1

[7]https://www.youtube.com/shorts/XD-5E2JLnVo

[8]Briones, I., Blumel, G., Undurraga, M., Poblete, L., Larraín, H. (21 de septiembre de 2024). ” Video de la Juventud Republicana”. El Mercurio, A2.

[9]https://radiocassette.cl/actualidad/video-republicano-diputado-araya/

[10]https://elpais.com/espana/elecciones-autonomicas/2023-05-28/votos-y-resultados-elecciones-28m-por-comunidades.html

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