Frente Amplio: ¿Una “izquierda brahmánica” en transformación?

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Publicado en 12 junio, 2024

Desde sus comienzos como coalición en 2017, el Frente Amplio (FA) se caracterizó por su pretensión de encarnar una «nueva izquierda» frente a una Concertación agonizante y con políticas agotadas. Sus principales figuras, en su mayoría jóvenes, cuestionaban el ritmo que había adoptado la centroizquierda de la transición, la que se movía al compás del “neoliberalismo” heredado.

Estas características del FA se alinean con los fenómenos de las «nuevas izquierdas» a nivel global, desarrollándose en un entorno donde la percepción y el voto de la población están en constante cambio. Para mantenerse relevantes, los partidos y conglomerados deben adaptarse y evolucionar constantemente.

Es por ello que se hace útil comparar la experiencia del FA chileno con distintas propuestas conceptuales que describen las transformaciones y tendencias de las “nuevas izquierdas” actuales.

El fenómeno de la “izquierda brahmánica”

El concepto de «izquierda brahmánica», como lo plantea Thomas Piketty, parece ajustarse bien al surgimiento de esta “nueva izquierda” en Chile. Según el autor, tanto en las democracias actuales de Francia, Estados Unidos e Inglaterra, entre otras, las izquierdas electorales han sido gradual e inesperadamente sustituidas por las “izquierdas brahmánicas”[1].

Por “izquierda brahmánica”, se entiende al partido de los titulados o el partido del electorado con más estudios. De tal modo, Piketty sostiene que, el antiguo “partido de los trabajadores” se ha convertido en el de los “ganadores” del sistema educativo, separándose así paulatinamente de las clases populares y entrando, en ciertos temas, en conflicto con ellas[2]. Asimismo, la “izquierda brahmánica” se ha dividido cada vez más, de acuerdo con el autor, entre una centroizquierda promercado y una izquierda prorredistribución más “radical”[3].

El caso chileno

Hay datos que permiten sostener que el FA representaría un ejemplo de “izquierda brahmánica”.Esto se observa tanto en la práctica política como en su ideología. Uno de los principales ideólogos del conglomerado, Carlos Ruiz Encina, planteaba que el FA no poseía complejos edípicos con la Concertación, y que hacer un pacto histórico —elecciones presidenciales de 2017— sería un funeral[4]. En este mismo contexto, Giorgio Jackson, fundador de Revolución Democrática, argumentaba sobre la incapacidad de la Concertación, que, habiendo gobernado 20 años, fue incapaz de solucionar las “demandas estudiantiles”[5], cuestionando incluso sus convicciones democráticas[6].

En 2017, el perfil de los votantes de Beatriz Sánchez —candidata presidencial del FA—, estaba en los segmentos ABC1-C2, en los rangos de edad de 18 a 34 años y llegaba más a las mujeres que a los hombres[7]. De las diez comunas en las que el conglomerado obtuvo sus mayores votaciones en las primarias presidenciales de 2017, tres de ellas eran de perfil socioeconómico medio-alto: Viña del Mar, Ñuñoa y Providencia.

En 2021, el perfil de los votantes de Gabriel Boric —el candidato presidencial del FA—, estaba entre los jóvenes urbanos entre 18 y 31 años, de segmentos socioeconómicos altos (C1) con educación universitaria completa, mayor capital cultural y con sus temas monetarios resueltos[8]. Por el contrario, el perfil de los votantes de José Antonio Kast —la contraparte perdedora de Boric en dicha elección y posterior segunda vuelta—, descansaba en los sectores populares de los segmentos D y E.

El FA con contenidos programáticos insignia como la condonación del CAE posee una característica típica de la “izquierda brahmánica”: representar a los titulados y al electorado con mayores estudios, más inclinados a demandas postmateriales que materiales. Así también, respecto a la división entre una centroizquierda promercado y una izquierda prorredistribución dentro de la “izquierda brahmánica”, el conglomerado chileno claramente representaría al segundo tipo.

La reconfiguración del Frente Amplio

Con todo, pareciese que esta “izquierda brahmánica” está en pleno proceso de reconfiguración. Desde su éxito en las elecciones presidenciales de 2021, el FA ha sufrido transformaciones importantísimas a la hora de gobernar y acceder a la institucionalidad.

La política desde una posición gobernante cambió las expectativas del conglomerado, que llegó inicialmente con el ánimo y voluntad de implementar reformas estructurales[9]. Un golpe sustantivo al conglomerado incumbente fue el escándalo del caso Democracia Viva y los tratos directos con fundaciones.

En esta y otras circunstancias, la rectificación del reproche hacia la ex-Concertación por los líderes del FA ha sido evidente y necesaria. Ya superado el primer año de gobierno, en diversas ocasiones el presidente Boric y otras figuras han reconocido el trabajo realizado por la ex-Concertación y por Sebastián Piñera en sus dos mandatos. Esto se evidenció nuevamente en la Cuenta Pública 2024, cuando reconoció el trabajo desarrollado por los expresidentes. En el caso de Patricio Aylwin, por su rol durante la recuperación y consolidación de la democracia; Eduardo Frei Ruiz-Tagle en su rol como promotor de la apertura de Chile al mundo; Michelle Bachelet y su esfuerzo por avanzar en políticas de bienestar social, equidad de género y medio ambiente y, finalmente, al recordar al fallecido expresidente Sebastián Piñera.

Frente a un escenario interno adverso, algunos de los partidos del conglomerado comenzaron a formalizar la idea de fusión durante el 2023, lo que finalmente fue realizado con los partidos Convergencia Social y Revolución Democrática. A esto se suma la posible incorporación al partido por parte de los exmilitantes del partido Comunes, después de que el TRICEL dispusiera su disolución.

Esta nueva configuración resulta clave si se consideran las próximas elecciones municipales de 2024 y la permanencia de alcaldes frenteamplistas en algunas de las principales comunas de Chile[10], así como las elecciones parlamentarias de 2025. La unión puede resultar un salvavidas electoral, de manera que, a pesar de las grandes críticas y cuestionamientos por el actuar de sus dirigentes políticos, se podrían mantener alcaldías y escaños en el Congreso.

En definitiva, el FA como organización partidaria, deberá distinguir los intereses urgentes de la sociedad chilena actual, intereses que, por cierto, han cambiado de forma radical durante los últimos cinco años del Chile post-octubre y post-procesos constitucionales. Sin esta adaptación, de poco provecho será esta nueva oportunidad de configuración, y el voto se verá diluido en otras agrupaciones que puedan comprender de mejor forma estas necesidades.

Conclusiones

Se puede establecer que, reconociendo las particularidades del caso chileno, el FA representa el caso más cercano a lo que Thomas Piketty define como “izquierda brahmánica” o el partido de los titulados. Con todo, es también preciso reconocer el fuerte componente identitario del conglomerado chileno, que la definición de Piketty sobre “izquierdas brahmánicas” simplemente no aborda.

Hoy, el FA parece enfrentar una crisis desafiante. La caída sistemática en la aprobación del gobierno de Gabriel Boric[11], los coletazos del caso Convenios, el mal envejecimiento de declaraciones y el bajo cumplimiento del programa de gobierno han golpeado la línea de flotación del conglomerado.

A pesar de todo, el FA ve en este intento de unión y de reconfiguración la oportunidad de incorporar políticas concretas y realizables, no de ideas abstractas o inalcanzables. Es innegable el mea culpa realizado por diferentes figuras como el propio presidente Boric. La pregunta es si esta transformación de expectativas e ideología será suficiente para que el FA pueda seguir como una fuerza vigente en la vida política chilena o si será el comienzo de un declive definitivo.


[1] Piketty, T. Capital e ideología. (Buenos Aires: Paidós, 2020), p. 901.

[2] Ibid., pp. 901, 1032-1033.

[3] Ibid., p. 939.

[4]https://www.nodoxxi.cl/noticias/2017/carlos-ruiz-encina-el-frente-amplio-no-va-a-ir-a-ninguna-parte-con-complejos-edipicos-respecto-de-la-concertacion-el-mercurio-24-de-diciembre-2017-2/

[5]Jackson, G. El país que soñamos. (Santiago de Chile: Debate, 2013), pp. 99-100.

[6]Ibid., p. 106.

[7]https://www.latercera.com/noticia/donde-estan-los-votantes-del-frente-amplio/

[8]https://www.ex-ante.cl/cual-es-el-perfil-de-los-votantes-de-boric-segun-estudios-y-especialistas/

[9]https://observatorioplanificacion.cepal.org/sites/default/files/plan/files/Plan+de+gobierno+AD+2022-2026+(2).pdf

[10]https://convergenciasocial.cl/un-frente-amplio-para-vivir-mejor-en-encuentro-nacional-el-nuevo-partido-presenta-sus-candidaturas-para-las-elecciones-municipales-2024/

[11]https://cadem.cl/estudios/por-primera-vez-la-aprobacion-del-presidente-boric-no-sube-tras-la-cuenta-publica-y-se-mantiene-en-31-el-61-desaprueba-su-gestion/

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